Billete de ida, pero sin vuelta.

Quédate me dijeron que dijera. Pero a mi me dijeron "vente".
Ir sin remordimientos y con un carpe diem controlado. Así fue. Momentos previos a salir surgieron las esperadas dudas, pero aún así, salí con valentía diciendo que el mundo era nuestro. No hacían falta maletas ni billetes de ida y vuelta. Solo hacía falta un billete de ida, y llevarme a mi conmigo.
Sin reparos comencé mi camino, solo tenía que confiar en esa felicidad, esa alegría que me producía, esa mirada tonta, embobada, y a la vez encaprichada. Por ahora, las ilusiones se escapan y se cuentan en tazas de té.  Por ahora Coeur de Pirate es un acierto para comenzar un buen día. Y por ahora, nunca fue tan mejor plan que permanecer una tarde entera escuchandote tocar mis canciones preferidas en el piano.
Solo por ahora...

("Francis" de Coeur de Pirate; no podía terminar esta entrada sin mencionar esta preciosa canción que me trae buenísimos recuerdos)