Esa facilidad de percibir, ese sexto sentido, esas vibraciones...; nunca supe si fue bueno tenerlo.
Esa agilidad de detectar las intenciones del contrario.
Tu interior se debilita y desconfía del exterior, sin reconocer qué es lo correcto.
A veces sería mejor pasar desapercibido. Sin sensaciones perniciosas.