Aún nos queda sentir el metro bajo nuestros pies. Sentir como si nos fugásemos al lugar de ninguna parte. Quedan días y noches de locura. Quedan paradas de metro aún en algún paradero desconocido. Quedan planes inesperados. Ganas de coger el primer tren, o el segundo, ya que el primero siempre es tren perdido.
Nos queda MUCHO, pero poco para aprovechar cada segundo de cada minuto.
En ocasiones el tiempo para pensar deja de tener importancia. Los impulsos repentinos son los que van a tomar dirección y respuesta en tu vida. Impulsos que te lleven a la cima, o impulsos de los que te puedas llegar a arrepentir. Pero el impulso siempre será el deseo inmediato en el momento más preciso.
Buenas tardes, y "carpe diem".
