Amistad, o como quieras llamarlo

Personas que vienen, que van, personas que permanecen ahí, siempre, aunque parezcan ocultas, ausentes. Aparecen de la nada, en los momentos más oportunos, adecuados, en el instante que más los necesitas.
Siempre insólitos, adecuando su comportamiento en el más efímero instante.
Siempre ofreciendo la mano, sin reproches, sin necesitar nada a cambio.
Buscando tu propia felicidad, siendo para ellos lo más valioso en la vida.
Mirando siempre al futuro, conociéndote hasta el más íntimo y sincero pensamiento. Conociendo tus más íntimos rincones, rincones ignotos. Caminos por los que podrás disfrutar y acarrear con miles de ilusiones y sorpresas.

Y parece ser que en ese camino quieren permanecer ellos, para aparecer en el más súbito instante y redimirte de revuelos incesantes.

Solo una palabra: Gracias.

<<Por aquellos que permanecen siempre, sin necesidad de decir las dulces palabras "para toda la vida", por aquellos que confían en tu palabra, en tus hechos, que te apoyan y ven en ti lo que otros jamás podrían ver>> 

Cuestión de vaqueros

Vaqueros ajustados, rotos. Sin ningún rencor de lo que les haya podido suceder.

Aparecieron un día por casualidad. Sin motivos. Eran comunes, casuales. Hasta que se les dio vida. Superaron miles de asaltos. Viajaron, viajaron mucho. Viajaron hasta el punto de llegar a conocerte. Superaron caídas, curaron heridas. Continuaron, continuaron sin retroceder en el tiempo. Aprendieron de los errores, y liberando barreras.

Como si de campos verdes, y de cielos azules se tratase. Como los paseos a la luz de la luna, como los amaneceres con ramos de rosas y sonrisas inesperadas. Como los encuentros imprevistos. Como si la vida fuese siempre de color de rosa. Como si no hubiese días rojos. Como si te tuviese a mi lado todos los días de mi vida.

♥Porque a pesar de los desaciertos, a la vida hay que sonreírla por los miles de obstáculos que podamos encontrarnos.

Quieto, frío, helado

Muéveme, como lo hacías en tus canciones. Como me mueve el viento en estos días de invierno. Como me mueve la música en mis días de baile. Muéveme lentamente. Como si jamás hubiese un adiós. Como si nos fuésemos a ver mañana.

Abrázame fuerte y dime que jamás dejas de pensar en mi, que me echas de menos cada segundo que pasa, que cada noche transcurrida sin mi son gotas de lagrimas impregnadas en tu almohada.

Vestir

Quisimos aparecer, aparecer para dar sentido a la vida. Con excelentes abrigos de visón, blusas de seda, zapatos, y millones de accesorios. Que cada uno representa su sello en la forma de vestir, que las prendas hablan, dicen de ti, no callan. Colores vivos que llaman, deslumbran, alegran el rostro de los visitantes. Colores apagados, oscuros que entristecen el paisaje, pero que acompañan en días nublados.
Nacimos para ser vestidos, aparte de otras muchas cosas. Cada prenda nos desvela cada secreto de nuestro interior. No hablamos del materialismo de las prendas, hablamos de belleza, presencia, identidad. Hablamos del gusto por vestir, de dibujar con nuestro rostro con miles y miles de prendas y accesorios, de decirle al mundo algo, que existimos, que vestimos por gusto y no por obligación, o al menos yo.

Qué el vestir es también un sentimiento, pero solo si queremos.

Foto: Un ejemplo de caracterización de una persona. 

Déjame a mi

Déjame ganar esta vez al destino. Yo pongo el lugar, las horas, los minutos para estar contigo. Sin prisas, sin agobios. Como cuando escribo cada verso que desnuda tu misterio. Déjame decidir cuando quiero verte, déjame sentir mis mayores deseos. Que creo en el destino, pero creo que ya me toca ganarle y poder ir a verte.
Déjame envolverme en folios y folios para escribir una historia desenfadada.
Déjame susurrarte y decirte que te quiero.